Con motivo del día internacional de la poesía, que se celebra cada 21 de marzo, sentí la necesidad de expresar mi admiración y respeto al pueblo donde nací. Soy natural de Villanueva Mesía, un pequeño y encantador enclave ubicado en la vega del Poniente Granadino.
Su vía principal de entrada está rodeada de arboledas. En ellas, el chopo cobra especial protagonismo. Y el río Genil, en su incesante búsqueda del Guadalquivir, baña estas tierras dando de beber a los cultivos de sus márgenes.
Coloquialmente conocidos como malenos o malenas, sus habitantes se caracterizan por la cordialidad, su buen hacer y un carácter trabajador. Lo cual no es incompatible con el afán por mantener las buenas costumbres y las tradicionales fiestas populares, muy especialmente la Romería de octubre.
En el libro "El señorío de Villanueva Mesía" escrito por José Cuevas Pérez y José Julio Cuevas y Gómez de la Tría, se reflejan los orígenes del pueblo, así como su marco histórico, sus lindes, y otros múltiples aspectos y descripciones perfectamente detalladas.
Sin embargo yo, desde un punto de vista más melancólico e idealizado, escribo este poema en 2024 para rendir homenaje al lugar donde he vivido mis taitantos años.
SOY MALENA
Nací entre choperas
en un pueblo de Granada
rodeada de vecinos
y de casas encaladas.
El ocaso sobre el río
engalana nuestro ambiente,
respiramos aire fresco
de la vega del poniente.
Somos nietos del cultivo
de labranza y sus aperos,
heredamos tierra fértil
de manos de jornaleros.
Tuvimos arco y palacio
y una barca de paseo,
aún respira la Tahona
que da cobijo al museo.
Un repique de campanas
hace mella cuesta arriba
anunciando buenas nuevas
son las fiestas de la villa.
En octubre los malen@s
nos vamos de romería.
Que viva toda la gente
de Villanueva Mesía.